¡La que esté libre de pecado que tire la primera piedra! todas, absolutamente todas las mujeres casadas, han hablado mal de sus esposos en alguna ocasión, y lo que es peor, públicamente!
Tenemos miles de justificaciones personales: es que él se vive equivocando, es que tiene tantos defectos! es que viste cómo me gritó? es que me engañó, es que debería preocuparse más por mis necesidades! como dije, justificaciones ante nuestros propios ojos, siempre tenemos.
"el hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca" Lucas 6:45
Los investigadores han encontrado que una persona tiene en promedio más de 40.000 pensamientos cada día. El corazón está lleno de pensamientos, y es de esa reserva de pensamientos que la boca habla palabras de elogio o de amargura. Así que cuando se aplica la presión adecuada, sale de tu boca el torrente de palabras sobre algo o alguien.
"Es que yo sólo me quejo de mi esposo o de mis hijos, o de mi suegra, o de mi jefe, o de lo que sea, con mis amigas, con más nadie" Pues bien, somos humanos y de vez en cuando estallamos, lo errado es quejarte primero con todo el mundo antes que con quien puede resolver tus problemas; tu insatisfacción debe ser transmitida al único capaz de resolverla, a Dios, seguramente ÉL te dará las respuestas y soluciones a cada situación. No siempre te gustarán sus respuestas, pero son las buenas, agradables y perfectas.
El poder de la vida o la muerte está en la lengua, dice Proverbios 18:21 y realmente lo vemos así en nuestras vidas, mientras más hablamos de los defectos de nuestros esposos o hijos, estos se van haciendo más grandes y más difíciles de llevar o soportar. Lo que hablamos va transformando nuestra mente y nuestro amor va muriendo a medida que insistimos en aumentar los errores y no reconocer las cosas buenas.
Si eres de las mujeres que sufrió la infidelidad de tu esposo, incluso te abandonó, pero decidiste "perdonarlo" y lo aceptaste nuevamente en tu vida, pero insistes en recordar todo lo sucedido cada vez que tienen una discusión, ten la certeza que la que más sufrirá eres tu. ¿Por qué persistes en recordar y volver a hablar lo que sucedió y no en perdonar? Te conviertes en una mujer latosa, cantaletera, rencillosa, que daña momentos buenos y la Biblia dice que es mejor habitar en un desierto que en una casa con mujer rencillosa e iracunda. Qué terrible!!!
Por lo tanto pidamos a Dios que cambie nuestros pensamientos, "llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo"(2da de Corintios 10:5) . "Si tu como esposa vas a cambiar la manera en que has estado hablando, no es asunto de fuerza de voluntad, es asunto de fuerza de mentalidad" dice la autora Deby Pearl en su libro "Creada para ser su ayuda idónea".
Empieza a cambiar tu mentalidad! habla como Dios quiere que hables, llama a las cosas que aún no son, como si ya lo fueran, sigue las directrices que Dios te da en su Palabra para que te vayas transformando en la mujer de honor, la mujer virtuosa que este mundo necesita, que tu familia necesita.
Disfruta la vida, no trates de cambiar a tu esposo a tu imagen y semejanza, no lo intentes cambiar con tus palabras, eso sólo lo puede hacer Dios. Modela a Cristo, se obediente a su Palabra y empezarás a vivir la vida que tu Padre Celestial quiere que vivas.
Muchos temas como este estaremos conversando en nuestro Congreso "Mujeres de Honor" en la +Iglesia Ammi el próximo mes de agosto, no faltes!
+Aida Hernandez +Alba Aguirre +Angela Galeano +Nubia Brochero +Clara Inés Beltrán +Natalia Galeano +Lennys Dorado +Yadira Cañate +Jannine Rodríguez +Johanna Cuenca +Claudia Marcela Cahuana Lora +Pastora Malena Vanegas +Ingrid Wehdeking +Fabiola Ortega +Brenda Mieles +Margarita Rodelo +Carolina Castro +Carol Elam +Iris Ahumada +Celia Escobar +Kathy Crissien +Ingrid Reyes de Orjuela
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